Aunque en
el embalse el tamaño medio de las capturas es bastante más alto
decidimos intentarlo en un rincón del río Ebro, donde sabíamos que el tamaño es
menor, pero también es una pesca mucho más cómoda, sombra, menos mosquitos, etc... Sacrificamos calidad de capturas, por calidad del pesca.
No es
fácil pescar con esta ola de calor y temperaturas rozando los 40º, mosquitos
rabiosos y deseosos de sangre y pocas sombras por las orillas como ocurre en el
embalse, un escenario donde pescar se puede convertir en un auténtico infierno.
El estar prácticamente todo el día a la sombra con estos calores se agradece y
pasamos una jornada de lo más amena y entretenida pues aunque no salió ninguna carpa de
mención, las picadas fueron muy abundantes, logrando sacar del agua 16 peces,
15 carpas y un pequeño siluro que quiso apuntarse a la fiesta.