Antes de colgar ninguna salida ni ninguna jornada de pesca hablaré de un problema que está azotando las aguas del Ebro y es que sí ya de por sí teníamos pocos problemas los que nos gusta la pesca, desde hace algunos años se ha unido uno de muy difícil solución y mucho más grave de lo que en principio puede parecer que está deteriorando cada orilla de nuestros embalses y ríos y muy particularmente las del bajo Ebro.
Ninguna especie se escapa a las garras de este depredador, carpas, siluros, luciopercas, lucios, alburnos y todo bicho que se ponga por delante son sus víctimas.
Cada vez más y últimamente hasta en los lugares más insospechados y donde antes no se veían pueden verse “matapeces” llegados de los países del Este que campan por las orillas de ríos y embalses, arramplando con todo, haciendo fuego y sembrando cada puesto de bolsas, latas, escamas de las carpas que limpian en el puesto de pesca y hasta colchones donde duermen después de pescar toda la noche y abandonan allí mismo, pescando con más cañas de la permitidas, colocando sedales durmientes con cientos de anzuelos, dejando redes echadas que más tarde recogen, apaleando las carpas en orillas someras mientras están frezando, aniquilando todo lo que pillan, sin cupos, ni medidas, ni nada, ni nadie que se les ponga por delante.
El Ebro hoy por hoy está siendo masacrado por esta terrible plaga mientras algunos de nosotros nos lanzamos piedras entre nosotros por tonterías, rencillas, envidias y cosas insignificantes o nos preocupamos por estas cosas realmente importantes o como no hagamos algo pronto, puede que mañana nos lamentemos y sea demasiado tarde.
Alberto Millán
