Las condiciones así lo requerían, era esta vez o nunca ya que el Ebro bajaba con un notable caudal y con sus revueltas aguas en un tono achocolatado, estaba claro que había que intentar clavar el primer 2M de la temporada, otros años por estas fechas ya había salido, pero en esta ocasión hasta ahora no se habían dado las circunstancias adecuadas pare ello y aunque tardó en salir al final salió en la primera picada del día a un señuelo de fabricación casera.
Un día con dos picadas, un pez desclavado y una mole de 2,10m de músculo y baba que deparó un combate que ya echaba de menos, ya casi se me estaba olvidando lo que son capaces de “arrear” estas bestias.
Un día con dos picadas, un pez desclavado y una mole de 2,10m de músculo y baba que deparó un combate que ya echaba de menos, ya casi se me estaba olvidando lo que son capaces de “arrear” estas bestias.