Si hay un pez que en todo este proceso de desanzuelado y manipulado delataría a un pescador sin experiencia y mostraría sus debilidades es sin duda el lucio y es que las fauces de uno de estos “cocodrilos” imponen demasiado respeto, sobre todo para quien no está demasiado acostumbrado a toparse con ellos y es que el desclavar un lucio puede ser algo de lo más natural si sabes como debes hacerlo o convertirse en toda una odisea.
La mejor forma de manipular o coger un lucio es por la “nuca”, introduciendo los dedos pulgar e índice por encima de sus opérculos branquiales y sujetándolo firmemente, asegurándonos antes de que ya esté lo suficientemente cansado, esta forma de cogerlos se complica cuando se trata de ejemplares ya grandes, los cuales es mejor levantarlos metiendo los dedos índice y corazón por una de sus branquias, justo por su parte más exterior, aunque de todos es conocido que los lucios poseen cortantes “dientes” también en las agallas, hay un punto en el que si se saben coger carecen de ellos y no representa el menor riesgo, aunque recomendaría abstenerse a aquellos que no lo tengan demasiado claro y que no estén seguros de lo que hablo, si por el contrario si lo estáis es aconsejable ayudar a sostener el peso con la otra mano a la altura de la aleta anal, tal y como muestra la foto.
Creo que no hace falta ni que decir que jamás debemos de coger un lucio por los ojos o peor aún con la ayuda de un “gancho” como tradicionalmente se hizo durante años e incluso aún hay quien lo sigue haciendo, se trata de costumbres tan ancestrales y retrógradas como equivocadas si lo que se quiere es devolver al agua un lucio en perfecto estado.
A la hora de desclavarlos, hacerlo con los medios adecuados, unos alicates largos son imprescindibles, mientras que un fórceps o abrebocas viene bien, pero no son tan necesarios empleándolos tan solo ante casos en los que el pez ha engullido el artificial más de lo deseado.
Si queremos retener por unos instantes un lucio, tal vez lo más apropiado sea un saco de retención de los empleados en carp-fishing, aunque carece totalmente de sentido retener un pez tan delicado como es el lucio tal vez durante horas, para tomar unas fotos que podíamos tomar en el acto.
Lucioperca
Tanto la primera, como la segunda forma que he descrito para el lucio son perfectamente válidas también para la lucioperca, si nos inclinamos por la primera, tan sólo deberemos tener sumo cuidado con la punzante y espinosa aleta dorsal, mucho más temible que la inofensiva y redondeada dorsal del lucio y si lo hacemos por la segunda de ellas, es mucho menos “peligrosa” ya que la boca de éstas no es tan temible como la del esócido, aunque si me hubiese de inclinar por una, especialmente si se trata de ejemplares grandes, la mejor forma para levantarla sin que se nos escape de las manos y sin temor a hacernos daño es sujetándola fuerte y firmemente a la altura de su aleta caudal, justo donde acaba el cuerpo y empieza ésta, su áspera piel y la pronunciada forma de su aleta caudal convierten esa zona en un asidero perfecto donde agarrarla.
Si hay un pez extremadamente delicado y frágil a la hora de manipularlo al que hay que mimar y soltar inmediatamente si queremos que su liberación sea exitosa es la lucioperca y ya no sólo por el hecho de que suela ubicarse en zonas profundas y el fenómeno de la descompresión, sino porque es un pez frágil y delicado, incluso con luciopercas pescadas en lugares con apenas 2 metros de agua y después de unos minutos (2-3) haciendo fotos, al ir a liberarlas ha habido que reanimarlas antes de su liberación.
Black-bass
La verdad es que viendo su enorme bocaza no hace falta ser un lince para adivinar que ésta es el mejor “agarradero” que posee, habiendo de introducir el dedo pulgar por la parte superior de su boca y el índice por la inferior, en ejemplares superiores al kg de peso es conveniente ayudar a soportar ese peso con la ayuda de la otra mano, poniéndola a la altura de su aleta anal.
Si se pesca desde la orilla y por lo tanto se carece de vivero, tal vez la mejor forma de retener un bass sea mediante un ensartador o “stringer”, aunque salvo competiciones creo que es bastante absurdo y en ningún caso se debería hacerlo, resulta mucho más agradable y gratificante contemplar la foto de un sólo bass recién salido de su medio que la de un “puñado” de ellos colgando de un “stringer”.
Siluro
La mejor forma o casi diría yo la única forma de coger un gran siluro para echarle el guante es de la boca, la mandíbula inferior de un “bigotes” parece estar hecha a la medida de nuestra mano, siempre ha de hacerse con la ayuda de unos guantes de jardinero o similares si no queremos que nos “abrase” las manos, la boca de un siluro es una auténtica lija, cuando se trata de ejemplares ya crecidos es conveniente sujetarlo con ambas manos, de lo contrario tenemos todas las papeletas para que se nos escape.
En el caso del siluro y dadas las dimensiones de estas “moles”, la mejor forma de posar con ellos es metido en el agua, lo moveremos y pondremos a nuestro gusto para la foto, mucho mejor que en tierra firme, a parte de que el pez también nos lo va a agradecer, en el caso de que esto no sea posible utilizaremos una lona fuerte de plástico bien húmeda, tipo toldo de camión, jamás deberemos arrastrar un siluro por el suelo ya que a parte de provocarle heridas en su delicadísima piel, le desprenderemos de la mucosa que la protege.
En el caso querer retenerlo durante unos instantes antes de echarnos unas fotos con él, lo haremos con una cuerda de material sintético y mejor aún con el extremo forrado de plástico, nunca con una cuerda de cáñamo o similar, ni con un nudo corredizo que le aprisione la mandíbula.
Bocagrip, ¿si o no?
La verdad es que esta práctica herramienta facilita enormemente las cosas a la hora de coger el pez del agua, otra cosa es que sea éticamente la más correcta ya que en algunos casos puede ocasionarle daños al pez.
Aunque en su día tan sólo estaba el conocido como “bocagrip” (es el original), hoy en día son muchos los modelos que pueden encontrarse tratando de imitarlo y aunque algunos “casi” lo han conseguido, no todos son de lo más recomendable, sin duda el mejor de todos es el original, también su precio es el más alto con mucha diferencia y es que a parte del diseño de las tenazas bastante redondeadas diseñadas para no dañar al pez, éste modelo gira sobre sí mismo, evitando posibles desgarros en la boca cuando se mueve, seguirían algunos modelos como los que comercializa berkley que aunque no giran sobre sí mismo, si que dispone de unas tenazas no punzantes, habiendo otros modelos no demasiado recomendables que acaban en punta y que no giran que podían ocasionar al pez importantes daños.
Este práctico utensilio puede utilizarse indistintamente con cualquiera de las especies mencionadas, incluso con siluros que no superen los 15-20kg es perfectamente válido, aunque yo tan sólo recomendaría su uso en casos estrictamente necesarios en los que el pez viene clavado de fuera, con los triples “al aire” y se hace peligroso para las manos del pescador y siempre que se utilice ayudando con la otra mano a levantar el pez, nunca levantaremos todo su peso solo con la ayuda del bocagrip.
En definitiva sea la modalidad que sea la que practiquéis o la especie que pescáis si estas pequeñas recomendaciones y consejos sirven para salvar la vida de un sólo pez, este pequeño artículo ya habrá merecido la pena.