Pocos
ríos en el mundo tienen la suerte de albergar en sus aguas peces récord que
superen con creces el peso del propio pescador, el Ebro esconde auténticos
tesoros bajo sus aguas capaces de colmar las expectativas más exigentes, es por
ello que cada año es visitado por miles de pescadores de todas las
nacionalidades.
A
comienzos de temporada, antes de que el calor haga acto de presencia es uno de
los momentos en que más posibilidades se cuentan de hacernos con un siluro de
dimensiones estratosféricas.
Son estos
grandes siluros los primeros en activarse ya que las aguas todavía se
encuentran bastante frías y aunque la pesca pocas veces resulta fácil, con un
poco de suerte y de ayuda en estos meses podemos hacernos con el pez de nuestra
vida, un auténtico BIG ONE del Ebro, como éste de las fotografías pescado al lance en un día de mucho viento que con sus
2,36m y sobre todo su perímetro, barriga, anchura y dimensiones hacen colmar el
sueño de cualquier pescador.
¿Te
atreves a intentarlo?