Pocos
peces que requieran una pesca tan fina y técnica como la lucioperca, conocer la
zona de pesca, las querencias de este pez, los señuelos, saber leer a través de
la caña que es lo que ocurre al otro extremo, rapidez en la clavada y un
material ligero y sensible son fundamentales con este tipo de pesca.
Cuando
las aguas se enfrían sandras y fluvis son sin duda las reinas de las aguas de
Mequinenza, pudiendo obtener numerosas capturas si sabes a lo que pescas, para
ello está el guía que te asesora, te lleva a los spots y te dice donde, como y
con que.
No es
cuestión de lanzar por lanzar a la nada y sin ningún argumento, más bien
consiste en lo contrario en solo pescar determinados lugares, determinados
metros, pescarlos, explotarlos, sacarles partido y repetir al cabo de unas
horas si la situación lo requiere, aquí, no consiste en pescar largo y batir
terreno, valdría el símil fubolístico "cortita y al pie" lances dentro
de un área, sin salirse de ella, manejo lento del lure notando cada piedra del
fondo y al mínimo golpe clavar con rapidez, es la esencia de esta pesca.
Como digo
muchas veces, mal lo estamos haciendo si cuando traemos el señuelo, no notamos
obstáculos, perfectamente podría decirse: Not obstacles, not zander.
A veces
la cantidad no está reñida con la calidad, prueba de ello son estas fotografías
de algunos días con más de 40 peces subidos a bordo.