Después
de las últimas riadas y con un tiro de agua ya menos fuerte quisimos probar un
par de mañanas tras las rollizas carpas que se dan en esta zona del Ebro, unos
días inmejorables que aunque por la mañana hacía frío ya con el sol en todo lo
alto se alcanzaron temperaturas casi primaverales.
Desde
orilla y sin cebado previo, tan sólo tirando de bolsas de P.V.A conseguimos
hacernos con 4 capturas, tres de una
talla bastante normal para la zona 13, 16 y 18kg pero la otra de las que casi
pueden ser consideradas casi como el sueño de cualquier carpista y es que
aunque algunas se han sacado de esos tamaños en esta zona del río Ebro ya no
son tan abundantes como las anteriores.
Un peso
que pesaba hasta 25kg llegó al tope, me quedo con la duda de saber exactamente
cuanto pesaba, pero era un auténtico “gorrino” con aletas y escamas.
La suerte
me sonríe en estos dos últimos años, habiendo batido el peso de todas especies
que más habitualmente pesco, siluro, lucioperca, bass y ahora esta gigantesca
carpa del Ebro.
Me puedo
considerar un privilegiado pues hay muchísimos grandes carpistas que dedican
muchísimas más horas que yo al carpfishing que no han conseguido todavía tener
un encuentro con un carpa de estos tamaños.