La pesca de la lucioperca en invierno tiene su magia, por un lado está la tranquilidad que se respira en estos días, el pescar casi siempre en soledad, a placer, ese termo de café caliente a media mañana con el que te calientas manos y estómago, esa niebla desplazándose por la superficie del agua y sobre todo esas grandes y rollizas luciopercas que ya muestran una marcada barriga, en esta época son los mayores ejemplares los que se muestran más activos, el tener en tus manos durante unos instantes una de estas grandes mamás hacen que un día de pesca merezca la pena
Como casi siempre con esta especie la localización es
primordial, pudiendo pasar del bolo a llevar una decena de capturas en apenas
una hora si das con el lugar correcto, aunque a decir verdad cuando pasa esto no suelen
ser ejemplares grandes ya que estas viejas supervivientes son mucho más
solitarias y buscan lugares querenciosos, con grandes obstáculos donde es difícil "meterles mano" y se sienten más cómodas.
Pero que nadie se lleve a engaño y piense que es una pesca fácil, esto no
es se trata de peinar orilla en una recogida lineal como cuando están en freza, la época que
salen a la palestra "grandes pescadores de luciopercas” ahora en invierno todo resulta más complejo y la pesca resulta mucho más
técnica y cuesta dar con el patrón hasta para los que llevamos muchos años detrás de estos peces.
Sin duda los señuelos que mejor funcionan son los vinilos, en cualquiera de sus variantes, lombrices, cangrejos, shads o grubs, aunque yo me decanto por los shads, los kopytos, diamond shad y king shad son los que más suelo emplear y con los que obtengo buenos resultados.
Sin duda los señuelos que mejor funcionan son los vinilos, en cualquiera de sus variantes, lombrices, cangrejos, shads o grubs, aunque yo me decanto por los shads, los kopytos, diamond shad y king shad son los que más suelo emplear y con los que obtengo buenos resultados.
Con estas temperaturas los peces se encuentran profundos, por lo tanto la pesca debe ser lenta, minuciosa, pescando a conciencia cada palmo de terreno, hasta notar
ese golpe seco o esa retención, clavas, notas presión, saca hasta linea (esas
grandes mamás llegan a sacar línea), sube a superficie y ya la contemplas en la
sacadera, unas fotos con esa particular fotogenía que tienen las grandes
“sandras” y la ves sumergirse de nuevo al fondo del embalse… Suena bonito,
verdad?